domingo, 13 de abril de 2008

POSGUERRA FRIA – NUEVO ORDEN MUNDIAL


Mihjail Gorbachov

Accedió al mando supremo de la URSS en 1985. Al principio fue muy cauteloso; comenzó a hablar de reformas en 1986. En ese momento la situación económica y social era muy delicada y estaba en serio riesgo. Impulso la perestroika, que planteaba reformas de producción y funcionamiento del gobierno.

Gorbachov también se hizo famoso por otra política llamada Glasnot, que permitió analizar actividades gubernamentales y partidarias del pasado, con una mirada critica.

En 1990 la Perestroika pierde impulso. Gorbachov se había unido a los elementos conservadores.

En 1991 se desintegra la URRS y así culmina el periodo de Gorbachov.

Guerra de las Galaxias.

Reagan pedía a la comunidad científica norteamericana que desarrollara una defensa antimisiles que garantizara la defensa del territorio norteamericano ante cualquier ataque nuclear. La Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE) fue rápidamente denominada por los periodistas "Guerra de las Galaxias"

El nuevo giro que dio Gorbachov a la política internacional soviética fue en gran medida consecuencia de este rearme norteamericano.

Caída del muro de Berlín.

Desde 1961 a 1989 existió el Muro de Berlín, símbolo de separación entre dos Europas. La caída del mayor símbolo de la guerra fría es uno de los momentos clave de la historia del siglo XX, hizo cambiar el mundo despertando consigo muchos conflictos reprimidos, pero también originando múltiples cambios.

Caída de la Unión Soviética.

El partido comunista de la Unión Soviética mantenía sus privilegios e idealismos a espaldas de la realidad social, haciendo promesas de bienestar social que no fueron cumplidas. Se originan disputas políticas que anuncian las nuevas reformas.

Fin de la Guerra Fría.

Los historiadores no se ponen de acuerdo en señalar el momento en el que la guerra fría concluyó.

Varios acontecimientos la marcan:

Cumbre de Malta entre el presidente norteamericano George Bush y Gorbachov marcó el fin de la guerra fría. Ambos líderes se reunieron en el buque Máximo Gorki fondeado en las costas de Malta el 2 y 3 de diciembre de 1989 y proclamaron oficialmente el inicio de una "nueva era en las relaciones internacionales" y el fin de las tensiones que habían definido a la guerra fría.

Bush afirmó su intención de ayudar a la URSS .

Otros señalan que el fin del conflicto tuvo lugar el 21 de noviembre de 1990, cuando los EE.UU., la URSS y otros treinta estados participantes en la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa firmaron la Carta de París, documento que tenía como finalidad regular las relaciones internacionales tras el fin de la guerra fría.

Nuevo escenario internacional.

Luego de la desintegración de la URSS surge una tripolaridad económica, constituidad por tres grandes bloques, y una unipolaridad militar detentada por Estados Unidos.

El derrumbe de la URSS dejó a EE.UU. como la única superpotencia mundial, En adelante, Washington podrá ejercer el papel de "gendarme mundial" sin miedo a la concurrencia de otra superpotencia.

Guerra en el Caucaso.

El derrumbe de la URSS, en 1991, implica el regreso al «gran juego» de Asia central que se desarrolló a lo largo del siglo XIX entre las grandes potencias pero mediante los pueblos. Sin embargo, sorprendidos por lo inesperado de esta situación así como por la debilidad de Rusia, los protagonistas tradicionales no se movilizaron inmediatamente. Llenando ese vacío, algunos aventureros se disputaron Chechenia-Inguchetia.

En el momento del derrumbe de la URSS, cuando el país sale a penas de la campaña militar de Afganistán, Moscú -debilitado- tiene que enfrentar los reclamos autonomistas de las repúblicas del Cáucaso. Las nuevas afirmaciones de identidad son a veces de orden religioso. Cuando son musulmanas, como en Daguestán, Chechenia, Osetia del norte y Azerbaidzhan, Moscú trata de apoyarse en las minorías ortodoxas.A la inversa, cuando son ortodoxas, como en Georgia, Moscú se apoya en las minorías musulmanas. Los análisis geopolíticos de la región en función de criterios religiosos o de la «cuestión de las nacionalidades» son artificios: el Kremlin sabe adaptar perfectamente su diplomacia a las diferentes situaciones.

Guerra del Golfo.

Al conflicto general de Oriente Medio, y a la situación crítica existente a mediados de 1990, se añadió desde los primeros días de agosto de ese año la nueva crisis surgida por las rivalidades planteadas entre Irak y Kuwait que desembocaron en la invasión iraquí del Emirato, y que por su gravedad e implicaciones se sobrepusieron a todas las otras que registraba esta región, dos de cuyos conflictos parecían últimamente acallados: así, el final de la guerra civil de Líbano con la consiguiente pacificación del país que incluía el control de los combatientes palestinos, y la práctica bajada de tono de la "Intifada" palestina que parecía haber entrado en una fase de debilitamiento natural, lejos de la tensión inicial, aunque quedaran residuos con enfrentamientos esporádicos en los territorios ocupados por Israel.

El conflicto entre Irak y Kuwait alteró profundamente la situación pre-existente en la región, convulsionó a todo el mundo árabe-islámico, así como tuvo serias repercusiones internacionales de alcance mundial, primero con el esfuerzo bélico y la Guerra del Golfo, y después con el largo y difícil proceso de negociación global de la paz en Oriente Medio auspiciado por Estados Unidos en el marco de Naciones Unidas. La guerra entre Irak y Estados Unidos fue la mayor crisis regional desde el fin de la Primera Guerra Mundial. No sólo afectó a las más remotas zonas del mundo árabe, sino también, y en un grado nunca visto, a los tres Estados no árabes de Oriente Medio: Irán, Turquía e Israel.

Terrorismo Internacional.

El terrorismo internacional, cualquiera sea su motivacion, se ha convertido en una práctica cruel, degradante e inhumana. No le importa si asesina a niños o adultos inocentes, si hiere o destruye indiscriminadamente: La matanza continúa en Palestina, Irak, Afganistán. El terrorismo se globalizó luego del criminal atentado en New York y Washington, y gracias a la nueva política de seguridad nacional y guerra preventiva de Bush que, además, en su concepción fundamentalista, fuera de toda consideración ética y de mínimo respeto al derecho internacional, decidió por su cuenta, declarar terroristas no sólo a grupos y organizaciones sino a pueblos y Estados, con lo que pone en peligro a la humanidad entera.

Naturalmente que el terrorismo internacional debe ser combatido y sancionado provenga de donde provenga; pero tanto su definición y calificación como las medidas que se adopten para prevenirlo o eliminarlo, deben surgir de un consenso universal, a través de la ONU. La lucha contra el terrorismo exige la más amplia cooperación internacional, no sólo para identificarlo sino para cortar las fuentes de financiamiento e impedir las actividades públicas o clandestinas de los representantes del terrorismo, simplemente porque son actividades reñidas con la moral y los principios elementales del Derecho Internacional Humanitario.

La humanidad ha llegado a una encrucijada sin precedentes. Por un lado el terrorismo asuela y amenaza al mundo y, en particular, amenaza a Estados Unidos y sus intereses y, por otro, la primera potencia mundial, prevalida de su innegable poder militar, económico y político bombardea sin piedad y destruye ciudades y pueblos, mata por centenas a hombres, mujeres y niños en verdaderos actos genocidas, crímenes de guerra y violación de los derechos humanos por sus tropas. ¿Acaso al terrorismo se combate con mayores acciones de terror que provocan odios incontenibles?

Conclusión.

Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, se pasa de un sistema bipolar a otro monopolar, en el que ya sólo queda uno de los contendientes con supremacía total en el planeta: EEUU.

Todavía existe un cierto reparto de zonas a nivel militar, donde a Rusia le queda el territorio de la antigua URSS, como se puede comprobar en el conflicto de Chechenia. La otra región del planeta que todavía escapa al control estadounidense es China.

Lo que no ha cambiado respecto a la Guerra Fría es la subordinación de la Periferia respecto al Centro. Es más, esta situación se está agravando con la introducción de su economía en los grandes mercados mundiales. Las consecuencias de la globalización son, fundamentalmente, un aumento de las desigualdades, de la relegación y la humillación de la Periferia y de la degradación ambiental, lo que está produciendo un descontento entre amplias capas sociales en todo el planeta.

Dicho descontento, a pesar de la gran capacidad del actual sistema para asimilarlo y acallarlo, sale a la luz periódicamente en forma de estallidos violentos (Argelia, Ruanda, Congo, Indonesia, Colombia, Chiapas, las revueltas en suburbios de Inglaterra y Francia). En ellos, la única motivación del conflicto no se puede achacar a las consecuencias de la colonización económica, política y cultural del Centro, pero se puede considerar que es, si no la principal, sí una de las más importantes. Estos procesos globalizadores están siendo potenciados, con lo que es de esperar que los conflictos vayan en aumento. Además, todavía existen conflictos que para entenderlos debemos hacer referencia a la Guerra Fría, como son los de Angola o Mozambique

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